Altxerri (Aia, Gipuzkoa)

La cueva de Altxerri se localiza en el municipio de Aia, a menos de un kilómetro del límite con el término municipal de Orio, en la ladera de la margen izquierda de un afluente de la ría de Oria (Altxerriko Erreka). Su boca se abre en la ladera oriental del monte Beobategaña, a escasos metros del caserío de Altxerri, del que toma el nombre. El sistema, de 2 kilómetros y medio de longitud, se desarrolla en una estrecha banda de calizas cretácicas; margosas y micríticas, de edad Maastrichtiense – Daniense.

Entre 2020 y 2021, la cueva de Altxerri ha sido objeto de un estudio para la protección del arte ru-pestre paleolítico, junto con las de Santimamiñe y Lumentxa (Bizkaia). Este proyecto, denominado “Kobabes: kobazuloen dinamika eta labar artearen babesa” (021-KOI-2020), fue financiado por el Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco – Eusko Jaurlaritza, y aprobado por los servicios de Patrimonio Cultural / Ondarea de las Diputaciones Foral de Gipuzkoa y Bizkaia.

A través de este proyecto hemos podido constatar el potencial arqueológico y geomorfológico de esta cueva en el municipio de Aia. En opinión de nuestro equipo de investigación, sería recomendable realizar una prospección exhaustiva del suelo y las paredes del interior de la cueva, para descubrir, balizar y proteger los elementos del contexto arqueológico interno que la conforman. En este nuevo proyecto, dirigido por la Dra. Mª Ángeles Medina-Alcaide, se propone al menos un microsondeo para conocer la estratigrafía original de la cueva.

Logo del nuevo proyecto.

Estos restos, a su vez, permitirían arrojar luz sobre el verdadero potencial de esta cueva, que fue descubierta hace más de 50 años. Como hemos indicado previamente, su estudio nos podría decir cuándo penetraron las sociedades prehistóricas en la gruta (p.e. datación radiométricas de carbones y huesos); cómo era el escenario kárstico antropizado o cómo progresaron en su interior (p.e. estudio geomorfológico y de accesibilidad); cuál era el combustible usado para la iluminación y que duración e intensidad proporcionaba (p.e. estudio antracológico de carbones y análisis de áreas rubefactadas); cuál era el sexo, la edad o las patologías de las personas autores de las obras de arte (estudio antropológico de restos humanos, de las huellas humanas y de las grafías de manos); qué materiales portaban y qué uso hicieron de ellos en las zonas interiores de las cuevas (p.e. estudio traceológico de las piezas líticas), etc. De esta manera, podemos reconstruir los esfuerzos materiales y humanos dedicados por las sociedades paleolíticas a la actividad simbólica dentro de las cuevas.

Además, nos hemos propuesto actualizar la topografía dimensional 3D llevada a cabo hace diez años, permitiéndonos geolocalizar en la misma a todos los elementos de interés histórico localizados en la misma (tanto arte parietal como otros elementos arqueológicos que podamos localizar y documentar). Conocer su situación exacta nos permite saber datos que garantizarán su protección (p.e. la distancia exacta entre el exterior y el elemento arqueológico, etc.). Por otro lado, mediante la realización de un renovado 3D de la cueva de Atxerri, y a partir de los datos obtenidos de los diversos estudios arqueológicos y geomorfológicos realizados en la misma, podremos reconstruirla virtualmente para obtener una réplica del aspecto que tenía este Patrimonio de la humanidad en el Paleolítico, cuando fue paseada y decorada (p.e. situando las entradas originales abiertas, reconstruyendo los pasos alterados, recreando la iluminación empleada en el paleolítico para iluminarla, etc.).